Mi proceso Alexander

Con la JONDE, en Pècs, Hungría, 1987

Con Uri Eschet, a punto de dar a luz,

Freiburg, 1991

Con Giora Pinkas y mi hijo Pau

Freiburg, 1993

Mi primera experiencia Alexander

Mi primer contacto con la Técnica Alexander se produjo hace más de 30 años en el transcurso de uno de los encuentros a los que asistí como miembro de la Joven Orquesta Nacional de España y en el que la profesora Barbara Hamilton nos dio un pequeño curso introductorio y algunas clases.

Siguiendo sus consejos los conciertos correspondientes a este encuentro resultaron mucho más placenteros: los nervios, la desconcentración, la tensión en los brazos, los dolores de espalda y de piernas que me atormentaban habitualmente desaparecieron en gran medida, e intuí que había otras posibilidades, que podía sentirme de otra forma al tocar…

Tensiones y esfuerzo de más... el camino a ninguna parte

Después, durante mis estudios de música en Alemania, mis problemas se agudizaron.

El estudio del violonchelo iba siempre inevitablemente acompañado de un gran esfuerzo, tensión y dolor. Los traumatólogos a los que consulté solo decían que probablemente mi constitución no era la adecuada para tocar el violonchelo y me aconsejaban dejar de tocar.

Mi historia no es muy diferente de la de F.M. Alexander o la de otros músicos/as.

Alexander era actor, amaba su profesión y, sin embargo, sufría cada vez más problemas que afectaban a su voz y que amenazaban su carrera. Los profesionales de la salud tampoco pudieron ayudarle y le aconsejaban dejar su profesión para poder recuperar su voz.

Buscando una solución a mis problemas

Buscando una solución a mis problemas, durante mis estudios en Alemania, volví a cruzarme con la Técnica Alexander. Empecé a tomar clases regularmente y mis primeras clases de Técnica Alexander me recordaron las sensaciones en aquel encuentro de la JONDE y supusieron el principio de un cambio.

¡Podía sentir mi cuerpo de una forma tan diferente!

Entonces no sabía describir esta sensación de ligereza y libertad. Era la sensación de haber estado viviendo durante mucho tiempo en un oscuro y estrecho sótano y mudarse de repente a una amplia y luminosa villa.

Y cuando esto es así, nunca más quieres volver al oscuro sótano…

Y fue aquí donde comenzó el verdadero proceso de cambio.

Mi formación como profesora de Técnica Alexander

Así, continué con mis clases y, más tarde, con la formación como profesora de la Técnica Alexander durante tres años en la Schule für Alexander Technik Freiburg, bajo la dirección de mi querida profesora Aranka Fortwängler y de Giora Pinkas.

Fue el principio de un largo viaje, un viaje que no solo me liberó de dolores y tensión, sino que también me llevó a conocer otra forma de pensar, de moverme y disfrutar de la vida y de la música que antes no hubiese podido imaginar.

Un viaje que me ha traído hasta aquí junto a tantos músico/as a los que he podido acompañar y con los que he podido compartir lo aprendido en aquella clase llena de colegas, alegría y solidaridad. Así lo viví y así lo intento transmitir a mis alumnos.

Cambiar es posible, ya lo creo...

Quizá te resuena esta historia personal…
Quizá estás pensando en buscar una forma de seguir creciendo como música/o sin olvidarte de ti misma/o…

Si estás dispuesta/o a dejar de poner tu mirada en la meta y quieres empezar a prestar atención a los procesos, al camino que recorres…

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