top of page

El instrumento eres tú






Eso ya lo sabes, o, al menos, estoy segura de que lo intuyes.


A los músicos nos pasa como a todo el mundo: no estamos siempre igual, ni física, ni mental, ni emocionalmente.


Piénsalo un poco, venga...


Recuerda esos días en los que te pones a estudiar y algo no funciona. Y sabes que no te servirá de mucho echarle horas...


O sí... a veces se recoloca uno después de un tiempo y empiezas a fluir. Pero no siempre sucede...

Y lo que sí suele suceder es que te empeñas en echarle horas para no sentirte culpable y lo haces pasando por encima de ti mismo porque no tienes una estrategia o herramientas para recuperar el control, el control de tu cuerpo, de tu mente, de tu concentración, de tu atención...


Entonces empiezas a repetir por repetir un pasaje, sin objetivo alguno, solo con la esperanza de que “salga” en algún momento, como por arte de magia.


O quizá vas saltando de un pasaje a otro, y por dentro va la procesión: sabes que no es el camino.


Pero nada, no lo puedes dejar.


Dentro de unas horas podrás decir que hoy has estudiado, pero en el fondo sabes que no, que lo que se dice estudiar... pues no. Todo un hábito instalado y grabado a fuego. Ya hablaremos de esto en otro momento... (Pero te adelanto que SÍ es posible cambiar este hábito y encontrar el camino de nuevo)


Recuerda también esos días en los que todo va como la seda y, no sabes por qué, pero intuyes que has avanzado de verdad. Y te preguntas qué era hoy diferente... pero lo dejas pasar y simplemente te alegras de haber estado hoy con buena disposición para estudiar.


¿Y esa audición que transcurrió “a pesar de ti mismo”?


¿Y aquel concierto en el que sentías que tu cuerpo, tus dedos o tu cabeza se negaban a funcionar?


También hay momentos de gloria, en los que todo fluye y te elevas y disfrutas de la música

y te sientes ARTISTA, así, con mayúsculas.


Bueno, dirás, somos humanos, cambiantes, impredecibles... Pues sí, pero estoy segura de que también te recuerdas a ti mismo reflexionando y preguntándote ¿por qué? ¿Qué sucedió? ¿por qué estaba tan a gusto... o tan incómodo? ¿Qué condiciones eran diferentes? Eso sí, tendemos a pensar que son las condiciones externas las que nos influyen, pero no nos paramos demasiado a observar las condiciones internas, las que atañen a nuestro propio cuerpo, a nuestro propio estado y equilibrio.


O quizá eres de los que prefieren no pensarlo siquiera, no enfrentarse a ello...


Vas dejando pasar el tiempo, te vas resignando a estar a merced de “no se sabe qué”, y cada día, cada audición, cada concierto “esperas” un viento favorable.

Si tienes suerte y eres una persona con un poco de autoconfianza, genial (sigues estando a merced de ese “no sé qué” pero tu confianza te posibilita un poco más de control para capear el temporal)

Y si no es así... qué nervios, que inseguridad...


Bien, pues seas de los confiados o los inseguros, te aseguro que hay algo que SÍ puedes hacer: escoger estar a merced del viento o cuestionarte y aprender a llevar el timón de tu barco.


Esto es lo que hizo el propio Alexander consigo mismo (ya te contaré su historia y por qué es interesante conocerla si eres músico) y es lo que la Técnica Alexander lleva enseñando a los músicos que se han acercado a ella...


  • con curiosidad,

  • con honestidad para cuestionarse,

  • con determinación (hace falta mucha determinación para parar, para dejar de hacer... qué paradoja, ¿verdad?)

  • y con muchas ganas de aprender y cambiar


¿Cambiar qué?


  • Tu percepción de ti mismo

  • Tu forma de moverte

  • Tu forma de pensar en ti mismo

  • Tus reacciones ante los estímulos de tu actividad, sea un concierto o solo un pasaje difícil...

  • Tus hábitos de estudio y aprendizaje

  • En definitiva, tu forma de usarte a ti mismo mientras tocas o cantas o diriges


¿Para qué?


  • Para cuidarte y prevenir estrés, dolor y esfuerzo innecesario

  • Para mantener conscientemente las condiciones que te permiten tocar con libertad y expresarte como tú quieres

  • Para no interferir con los mecanismos físicos y mentales involucrados en tu actividad musical

  • Para aprender a estar presente, para fluir y disfrutar de la música y de ti mismo cuando tocas


¿Cómo?


  • Observándote

  • Mejorando tu percepción, tu propiocepción, tu sentido kinestésico (y por tanto, también tu postura, claro, aunque, como puedes intuir, la Técnica Alexander va más allá de lo postural)

  • Conociéndote mejor, tus hábitos, tus reacciones, tus movimientos

  • Aprendiendo a parar

  • Aprendiendo a decidir lo que haces y lo que NO quieres hacer

  • Aprendiendo a dirigir tus pensamientos y tu energía

  • Aprendiendo a cuidar tus pasos, a poner más atención al camino que recorres para conseguir tus metas


¿Todavía te suena “a chino”? ¿Demasiado etéreo?...


Pues, venga, empieza ahora mismo...


Sin cambiar nada en tu postura, OBSERVA:


¿Dónde sientes tensión?


¿Qué parte de tu cuerpo se siente más ligera?


¿Qué conciencia tienes de tu entorno AQUÍ Y AHORA?


Si percibes una tensión, ¿eres capaz de soltarla? Fíjate en lo que te digo: SOLTAR.


No he dicho mover, ni cambiar, ni estirar, ni sacudir... SOLO DEJAR DE HACER

¿Hay algo que te lo impida? ¿Tu postura, tu equilibrio...?


Suelta la tensión en tu cuello y deja que se alargue... ¿ha cambiado la posición de tu cabeza?

(Vuelve a observar que hablo de soltar, dejar, permitir...)


¿Cómo te sientes ahora?


Deja que tu tronco se expanda, se alargue, se ensanche... ¿respiras un poco mejor?

¿Cómo te hace sentir esto?


¿Cómo sería una sesión de estudio si empiezas así, cuidándote un poco?

Cuando menos, diferente, ¿no crees?


¿Y si pudieses enfrentarte a un pasaje difícil o un concierto con estas condiciones mejoradas de ti mismo?



Es así de fácil... y de difícil a la vez.


Pero, mira, acabas de empezar con estas sencillas preguntas...

Es el primer paso de un viaje hacia ti mismo, como Ulises en su viaje a Ítaca, como el viaje de cualquier músico y artista que se precie. Como yo misma con mi primera clase de Técnica Alexander hace 30 años, con esta nueva web, con las clases online... Siempre emprendiendo viaje a Ítaca...


Solo tienes que tomarte un poco de tiempo, poner atención, volver la mirada hacia ti mismo y emprender el viaje de la manera más consciente posible.


Con el tiempo descubrirás que lo realmente importante es el camino y cómo lo recorres.

Decisiones, siempre decisiones...


No me puedo resistir... Porque me inspira y me acompaña desde hace tanto tiempo, aquí os dejo

el maravilloso poema de Kavafis (1863 - 1933, contemporáneo de Alexander, mira tú por dónde...)


Disfrutadlo recitado por José María Pou.






Si quieres saber un poco más, reserva tu sesión informativa gratuita y nos vemos por zoom.


Tendrás 45 minutos para preguntar lo que quieras y para contarme lo que necesitas. Yo te explicaré lo que quieras saber sobre la Técnica Alexander y cómo te puede ayudar.



Y si quieres seguir la estela de las preguntas que te has hecho hace un momento y empezar a observarte mientras haces música,



y recibirás información y reflexiones para observarte y aprender a cambiar.



Además, como regalo de bienvenida, recibirás también tu primer audio-guía:



ESCUCHA ALEXANDER™ Para empezar, obsérvate



En ella yo te voy guiando para que hagas este primer trabajo de observación de ti mismo mientras estudias.


Después de una breve introducción, te acompaño, te dejo estudiar y de nuevo aparezco y te ayudo en momentos puntuales. Y para acabar tienes una sesión de Reposo Constructivo guiada.

Éste es un trabajo que harás mientras estás tumbado unos minutos, para que descanses y tomes conciencia de ti mismo y después puedas seguir estudiando sin perder la concentración ni la atención.


Descarga el audio desde el enlace que recibirás en mi email de bienvenida ¡y empieza a cambiar!

También te mando un pdf con instrucciones para usar el audio y aprovecharlo al máximo.



BUENA OBSERVACIÓN Y HASTA PRONTO



104 visualizaciones0 comentarios
bottom of page